Las feromonas son compuestos químicos naturales que el cuerpo emite, la detección ocurre a través del epitelio olfativo común. Las señales químicas viajan al bulbo olfatorio, que las transmite a zonas clave del cerebro.
La amígdala: Procesa emociones como el deseo, la atracción o el rechazo. El hipotálamo: Regula el comportamiento sexual, el apetito y la temperatura corporal entre otros. El sistema límbico: Participa en la formación de emociones, recuerdos y motivaciones.
Lo más fascinante es que ante su olor o presencia, nuestro cerebro ya está reaccionando, modificando la percepción emocional o el nivel de atracción hacia otra persona.
Desde la perspectiva neurocientífica, las feromonas actúan como catalizadores invisibles de respuestas emocionales, hormonales y sociales, activando circuitos cerebrales sin que lo sepamos.